Limón&Nada: el fiestón

Sí, sí, un fiestón, por fin os lo podemos enseñar. ¡Dentro vídeo de Limón&Nada!

http://www.youtube.com/watch?v=Z4T4VMEPDPY&feature=youtu.be

(entre el evento de los burritos y este vais a pensar que soy monguer total y lo entiendo, juro que en estado natural sin una cámara delante no soy tan tonta, lo juro)

No os lo voy a negar, para mí sigue siendo tan alucinante como el primer día que me inviten a participar en este tipo de saraos. Que El sofá amarillo sea capaz de transmitir a través de unas pocas palabras que os escribo a diario todo lo que somos y todo lo que encierra nuestra filosofía amarilla, y que os llegue y lo entendáis y lo interpretéis tan bien (y casi siempre mejor que yo misma) no deja de maravillarme.

Y esta campaña de Limón&Nada sentí de verdad que estaba hecha a nuestra medida. Lo dije en la exposición de mi proyecto, con voz temblona y atropellada (una que es novata y no tiene tablas…). La vuelta a lo sencillo en mi terreno, el mundo bodas, es tan fundamental. A nivel estético, por supuesto, pero sobre todo a nivel emocional. Tomarse la boda como un momento FELIZ de tu vida y darle a las tonterías la importancia justa. Sufrir un año entero para preparar un solo día feliz no tiene ni pies ni cabeza.

Esto a nivel profundo, jajajaja. Pero a nivel superficial… ¿hay algo más de El sofá amarillo que la limonada? La pusimos por primera vez ya en 2011 en nuestra segunda boda, cuando nadie nos conocía y éramos tan poca cosa… Poco después nos trajimos el dispensador bonito de Nueva York en un arrebato de locura e inconsciencia, metido en la maleta, facturado. Me enamoró, nadie lo tenía aquí, tenía que venirse con nosotros. Aún hoy no me creo que haya llegado vivo (y que siga vivo después de tantas fiestas y tantas bodas). Benditos arrebatos… que al final y sin querer se acabaron convirtiendo, como dice mi novia Berta, en la marca de la casa.

Total, que sencillez, que felicidad, que limonada… ¡que Limón&Nada! Y la alegría tan grande de poder compartir un evento así con blogueras y artistas a los que admiras desde hace mucho y entre los que te sientes pequeñita. Todos con proyectos preciosos, inspiradores y supercurrados, que te da hasta alegría ver cuánto se involucra la gente y las ganas que le pone a la cosa más pequeña. Que aún hay gente que mima los detalles, que no todo es ir corriendo como pollo sin cabeza de un sitio a otro, sin pararse a pensar, a crear, a inventar…

En resumen, una fiesta preciosa y motivadora que te empuja a tener aún más ganas de hacer cosas y de explorar la parte más sencilla de la vida, la que te cautiva sin ostentaciones y la que te hace ser más grande y mejor. ¿Se nota que estoy últimamente yo muy zen y muy slow life, no? Jajajaja, lo estoy, que me dure por dios.

Y ya está, que mil gracias a Andrea por tu atención de principio a fin, a Belén por organizar un evento tan bonito, a mis compis de proyecto por molar tanto, a Alberto por ser mi ayuda de cámara y el mejor amigo ever, a Susana, la ganadora de mi entrada VIP que es un amor y a Sally por rescatarme cuando no era capaz de sujetar las flores del ramopalo. Parezco una celebrity agradeciendo un Oscar pero cuando tanta gente trabaja junta para conseguir que todo salga bien, se merece al menos un pequeñito reconocimiento en esta página.

Un beso gigante y feliz feliz jueves, yo sigo currando y con una sonrisa de oreja a oreja. 🙂

Indara