Venga, va, que hoy sí que sí terminamos con la crónica de esta boda campestre tan especial. Creo que si me propongo meterle un poco más de rollo entre foto y foto podríamos escribir un libro ya. 🙂 Si acabáis de llegar, aquí podéis ver las invitaciones de madera, y aquí, aquí y aquí los post anteriores.
Después de los postres empezó la tarde. Y la tarde fue perfecta y muy relajada. Los invitados tenían libertad total para hacer lo que les apetecía y el ambiente era genial. Unos siesteaban, otros tocaban la guitarra, otros daban de comer a los caballos y los niños saltaban por las pacas de paja.
Tan relajada que nuestros novios se pusieron cómodos también. 🙂
Pero hubo dos actividades de éxito indiscutible. La primera fue la rana. No se quedó libre ni un solo instante, y sobre todo los mayores disfrutaron un montón. La verdad es que mi idea fue colocarla más en plan decorativo, y de repente era la gran atracción. A veces nos complicamos en montar cosas rocambolescas, yo la primera, cuando lo que más triunfa es lo más sencillo.
La segunda actividad hit indudable fue la fotosofá. Y tiene su historia bonita. Íñigo y Laura son encantadores, y como encantadores que son tienen miles de amigos que los visitan muy a menudo. Y siempre, siempre que tienen gente en casa se ponen todos en el sofá y se hacen una foto. La fotosofá es una tradición en su hogar desde hace años, así que cuando empezamos a plantearnos el tema del photocall ellos lo tenían clarísimo: en su boda también tenía que haber fotosofá. Con eso claro, lo del sofá de paja vino rodado.
Laura dijo que se encargaba ella de la tela para cubrirlo y de los cojines. Lo que yo no podía sospechar, ni por asomo, es que su plan era montar un sofá amarillo «de carne y hueso». Cuando lo vi, dos o tres días antes de la boda, no me lo podía creer. Y os prometo que fue uno de los momentos más emotivos de la historia de esta miniempresa, un momento que no voy a olvidar jamás. Y esa foto, con ellos y mi superequipo, agotados todos tras todo el día de fiesta, uno de los recuerdos más grandes y especiales que tengo. Que os quiero, niños, os quiero mucho. GRACIAS.
Un poco más de fotosofá, con el ya mítico atrezzo y nuestra cámara instantánea favorita. ¡La llevamos a todas las bodas!
Laura me había avisado. Por muy buen tiempo que haga en el pueblito, a las 7 de la tarde empieza a caer la niebla. Siempre. Sí o sí. Reconozco que yo era escéptica, y más con el día tan increíble que estaba haciendo. Pues como si fuera cosa de magia, a media tarde empezó a cubrirse todo. Menos mal que fuimos previsoras y los queríamos a todos bien abrigaditos. Nada de alpargatas, seguramente iban a empaparse y quedar inutilizadas. ¡Mejor repartimos botas de agua! Y, por supuesto, un buen montón de mantas nunca están de más. Si digo que volaron digo poco.
Y así, entre juegos, entre botas de agua y fotos de sofá, fue cayendo la noche, y la iluminación que habíamos preparado fue cobrando vida. Las guirnaldas de luces de verbena, la iluminación de colores de los árboles, las luces interiores de la carpa, todo se fue encendiendo poco a poco y dándole un aire renovado y totalmente diferente a la boda. Y empezó el fiestón, que duró toda la noche.
Mención especial al hermano de Laura y a su equipo, unos cracks en todo lo relativo a luces y sonido con los que quiero contar desde ese día y para siempre en todas mis bodas.
Pero antes de terminar, una última sorpresa. Esa sorpresa inesperada, de cuando ya crees que todo el pescado está vendido y no. Un amigo de los novios quiso prepararles algo especial, y al fondo del campo, en la zona oscura, montó su gran despliegue. A las 12 en punto de la noche les llevaron una caja, una caja que parecía que iba a activar una bomba, llena de botones, de interruptores y de palancas. Clic, clac, clic, clac, clic, ohhhhhhh. Esa fue la sucesión de sonidos. Me chifló. Unas letras gigantes con luz, pero no las habituales.
Y, ahora sí, colorín colorado, la historia de esta GRAN BODA se ha terminado.
La semana que viene os cuento una boda nueva. A este paso no me llegan los meses hasta volver a empezar la próxima temporada, prometo espabilar. 🙂 ¡Un beso enorme y feliz lunes bonituras!
Indara
baballa says
Cada vez, con cada una te sales de la tabla me ha encantado ver a los invitado pasándolo genial disfrutando.....
Por cierto cuento te vas que tenemos que hablar.
besos un 10!!!
aNa says
No es que me chifle, no. ¡¡Es que me rechifla!! Y es que todo lo que tocas Indara, se llena de magia al instante. Enhorabuena al equipo del Sofá Amarillo por hacer una boda tan mágica, y enhorabuena también a los novios porque buena parte de esa magia, también está en su interior. 🙂
Monica says
Hola...
que gran boda, llena de detalles tan originales como el sofá amarillo jeje... y las letras iluminadas son realmente fantásticas.
Precioso trabajo !!
saludos
http://scrapnikablog.wordpress.com/
Ivana says
La boda más bonita que he visto nunca. Enhorabuena por haberla hecho realidad y poder participar en ella.
¡Feliz lunes!
Natalia says
Te lo he dicho en cada uno de los post de esta boda: ME EN CAN TA. Sobre todo lo del momento siesta y el sofá de paja, geniales! Y bueno, lo de las botas de agua ni se me habría ocurrido! Genial, genial, genial. Un 10.
Placeres De Domingo says
Qué bonito Indara, esto si que me ha gustado, la informalidad después de la formalidad... total!!
Oye, y esas botas de agua para los invitados... ¿donde pueden comprarse? Alguna vez para algún evento he comprado alpargatas o bailarinas, pero esto me gusta muchísimo...
Gelolas_Vintage says
Creo que es la boda más bonita que has hecho y que he visto! me ha encantado! Sois unos artistas
Saludos desde Gelolas Vintage
www.modaonlinegelolasvintage.com
isabel (xanelachic) says
Yo quiero volver a casarme para que tu me organices una de tus fiestas, por favor, que preciosura todo! y esas fotos que parecen directamente sacadas del Pinterest más precioso jamás visto. De quién son esas fotos por favor?
Y deseando ver esa tienda!!!!
Mil besos y mucha suerte, aunque no la necesites!
requetemua!
soniambar says
Voy a dejar que me deja comentar (pq ayer por la noche me tenía manía el botoncito de comentario que parpadeaba, parpadeaba y no se abría) para decirte a ti y a los novios que...
QUE GENIALIDAD DE BODA!!! me recuerdo a una fiesta de estas de pueblo, en casa del hermano de tu abuela donde se reunen todos y después de comer cada grupo a lo suyo! solo me falta la mesa de hombres jugando a las cartas!! jajaja
Muy personal la boda.
Las bodas del sofá molan!