Este año una de mis novias, unas semanas antes de la boda, intentó advertirme. No te asustes con mis amigos y con mis primos, son un poco brutos. La vi un poco angustiada por la familia de él. Hablamos, me contaron, les conté, y después pensé que tenía que hacer un post.
Me gustan las novias que siempre quisieron ser princesas con faldas gigantes de capas y capas de tul. Me gustan las novias hippies con sus vestidos de encaje y de pedrería. Me gustan las novias chic con sus vestidos de manga larga y espalda abierta. No me gusta la que siempre fue princesa pero se pasa al vestido lánguido porque «lo veo más fino y quedaré mejor» mientras se imagina bailando con la falda abullonada que nunca se va a poner.
Me gustan las bodas religiosas. Me gustan las bodas civiles. No me gustan las bodas de no creyentes que se casan en la iglesia porque el vestido luce más y el novio puede llevar chaqué.
Me gustan los novios que entran al comedor pegando saltos y dándolo todo con una canción movida. Me gustan los novios que entran de la mano con una canción lenta y saludan con una sonrisa. Me gustan los novios que se escaquean, entran con todo el mundo y aquí no ha pasado nada. Me gustan los que brindan con champán, y me gustan los que brindan con un botellín de cerveza. No me gustan los novios que se mueren por darlo todo pero «a ver qué van a pensar los amigos de mi padre». No me gustan los novios a los que les da pavor el momento entrada pero pasan por el mal trago porque «todo el mundo lo hace».
Me gustan las bodas en las que los invitados se levantan y agitan la servilleta, que gritan «vivan los novios» y «que se besen» y se acaban besando los novios, los padrinos, los hermanos, los abuelos y toda la mesa presidencial entre carcajadas. Me gustan las bodas en las que todos los invitados cenan tranquilamente con animadas conversaciones y sin grito alguno. No me gusta cuando los novios advierten a su grupo de amigos de que se estén callados. No me gusta cuando los invitados están cohibidos por miedo a no estar a la altura. No me gusta cuando la familia del novio lo da todo y la de la novia los mira con desprecio. Y al revés.
Me gusta cuando el padrino se levanta en el brindis y dice unas palabras preciosas que hace emocionar a todos. Me gusta cuando un amigo habla y cuenta historias divertidas de la adolescencia con los novios y todo el mundo se ríe. Me gusta cuando nadie dice nada y todo transcurre con normalidad. No me gustan los «por favor, Arturo, no digas ninguna tontería en nuestra boda». No me gusta cuando los novios obligan a un invitado a decir unas palabras sabiendo que lo va a pasar mal.
Me gusta cuando los novios quieren obsequiar a sus invitados con un detalle. Me gusta cuando no quieren regalar nada en absoluto. No me gusta cuando la madrina impone su regalo porque para eso es la madrina.
Me gusta cuando la novia abre el baile con su padre. Me gusta cuando lo abre con su marido. Me gusta cuando bailan despacito. Me gusta cuando han preparado una coreografía loca. Me gusta cuando se escaquean, igual que con la entrada, y no hay baile. No me gusta cuando bailan porque hay que bailar. No me gusta cuando bailan un vals mientras se quedan con la espinita de hacer el indio por el qué dirán.
Me gustan los novios que no beben. Me gustan los novios que no dejan la copa un segundo. Me gustan los que ponen una barra de Möet y los que piden al cátering jarras de kalimotxo. Me gustan los que acaban la noche tal y como salieron de casa. Me gustan los que acaban en la piscina. No me gustan los que están amargados durante la fiesta manteniendo la compostura. No me gustan las novias que no bailan porque se despeinan y las que no dan besos por el maquillaje.
No voy a decir «sé tú mismo», eso se da por sentado. Pero a todos nos importa un poco lo que piensen de nosotros, todos queremos agradar. Pero no dejéis que lo que opinen los compromisos os importe más que lo que opinen los amigos cercanos.
Sois los anfitriones, no hagáis ni permitáis que nadie se sienta mal, incómodo o inferior en vuestra boda. La clase y la educación no es hacerles un gesto de silencio con la mano a la mesa de tus primos. Si invitáis a alguien, es para que os acompañe, con todas las consecuencias. Nadie hace nada con intención de molestaros ni de dejaros en ridículo. Y si lo hace de forma intencionada, a lo mejor lo que tenéis que plantearos es si queréis invitarlo a la boda. Confiad un poco en el saber estar de vuestros invitados. Si tu boda es muy protocolaria, sabrán estar a la altura. Y si no, que os importe un pito. Más bailar y menos tontadas. Se celebra el amor. Punto.
¡Un beso enorme y feliz jueves pequeños!
Indara
L says
OLE
La Chica del Quinto says
¡¡¡Que viva la naturalidad!!!
Maria says
No puedo estar mas de acuerdo en todo! me encanta y comparto al 100% vuestra filosofía de lo que me gusta y no en las bodas.
Rocio says
Me ha encantado esta entrada en el blog. No puedo estar más de acuerdo contigo en todo.
Antojada por Vocacion says
Me ha flipadooooo. Totalmente de acuerdo.
Yo fui felizzzzz
Miss3bB says
un 10 a este post y de verdad. Sigo varios blogs de boda y este es el mejor post que he leido en mucho mucho tiempo.
Estoy al 100% de acuerdo con las palabras...deberias hacer un cartelito bonito y ponerlo en todas las bodas como firma personal para que novios e invitados disfruten!!!
y enhorabuena por tu trabajo!
mon projet d'amour says
ES PRECIOSO!!! Que bonito el post, me ha emocionado
La aguja en el pajar says
Nada que añadir
Tal cual, genial post 🙂
Eli vistetequevienencurvas says
No puedo estar más de acuerdo!!!!!!!!!!!!!!!!!! <3
David y yo somos muy payasetes, nos gusta la música dance y somos algo bailongos, así que nuestra boda tuvo MUCHO RITMO, Durante toda la boda sono un coro gospel donde cantaba mi suegra y que puso una BSO impresionante, luego la prima de mi marido cantó a capela y con una guitarra española una versión de LOVE ME TENDER, fue realmente precioso, quisimos poner cava para toda la gente que vino a la ceremonia y no venía al convite, lo hicimos en el mismo emplazamiento de la ceremonia (civil, ambos somos ateos) y la gente disfrutó muchísimo. Cuando llegamos al restaurante, los invitados esperaban en el exterior donde se hacía el pica pica, y allí había una banda de percusión para animar el aperitivo (un regalo de mi suegra) que nos dejó a todos con la boca abierta y que hizo que fuera una entrada de lo más marchosa y festiva. Entramos al salón cogidos de la mando y bailando como posesos, todo el mundo se puso en pie a bailar.
El momento del baile fue increíble, habíamos preparado un baile sorpresa (con la ayuda de mi prima que es bailarina) y todo el mundo alucinó, nos hicieron repetirlo antes de acabar la noche... Realmente no hay nada como vivir ese día tan importante de manera natural, sin artificios, siendo tal cual eres, mostrando la cara más bonita pero también la más feliz 😀
Gracias por este precioso post, me ha encantado!
PD: perdón por el tostón 🙁 jajajajaa
Lucía - Allberry Fields says
Suscribo cada palabra. ¡Olé tú y las superbodas que organizas!
Muchos besos,
Lucía
miki says
Que grande!!
Javier Gurrea says
Qué razón tienes, Indara, ¡vivan los novios que se atreven a celebrar como de verdad desean su gran día, vivan las parejas con personalidad!
Clara Casado says
AMEN!
Cau Charmant says
Pues te habría encantado nuestra boda!
Hicimos sólo lo que nos apeteció, nos escaqueamos de entrar con música, de repartir los novios (los dejamos en la mesa de las parejas a las que se los quisimos dar), de dar la liga (también, en el asiento de a quien se la quise dar) y el ramo se lo regalé a mi tía, a años luz de ser la soltera o la próxima (17 años casada, ahí es nada) pero ella me lo dio a mi el día de su boda, y lo hice comunicándolo sólo a mi madre y al fotógrafo, hubo lágrimas, pero se enteró muy poca gente...
Y bailamos una canción de muy buen rollo, ni vals, ni clásicos...
graci says
Como se nota que no conoces a mis suegros, seguro que me fastidian la boda en cero coma
Marta - In fashion with you says
Me ha encantado! Precioso, de verdad. Mañana lo comparto en el blog. 🙂
Emma Letscure says
Olé! Me ha encantado. Así es como fue nuestra boda con mil imprevistos pero con toda la alegría, fiesta y mejores invitados del mundo.
Mónica (Bonitísimo) says
Me ha E-N-C-A-N-T-A-D-O!!!.
Vivan las bodas naturales sean como sean.
Lorena Pose says
Que post más genial!! me encanta la gente natural y que hace lo que le da la gana en sus bodas.
Besetes
patricia says
Te gusta la gente auténtica!
Son veintisiete says
Muy chulo tu post!!
Natalia says
Precioso, Indara! Estoy muy de acuerdo, nosotros en mi boda hicimos lo que quisimos y lo pasamos bomba, yo sigo diciendo que si pudiera me casaría cada año con los mismos invitados por el buen sabor de boca que me quedó (gracias por la parte que te tocó)!
Luna says
Precioso
Luna
Rosa - El Estilario says
GRANDE INDARA. No te digo nada nuevo con que eres grande. Pero lo eres. Cada vez me gustas más, qué le vamos a hacer.
Blanca - BePunt says
Que bien dicho todo! Me ha encantado , ole y ole 🙂
chus says
Ole, ole y ole, sin más.
Gelolas_vintage says
Una maravilla de post Indara, estoy de acuerdo en cada palabra
Saludos desde Gelolas Vintage
www.modaonlinegelolasvintage.com
Elena Mares says
Cuánta razón en tan poco espacio. A veces nos preocupamos mucho por toda la organización, vestido, peinado, menú, papelería... y nos olvidamos de lo más importante que es un día para disfrutar, para ser felices rodeados de los nuestros y que delante de ellos sólo tenemos que ser nosotros mismos. Cada detalle de la boda debe reflejar la esencia y personalidad de los novios y por supuesto que si invitas a alguien es porque quieres que te acompañe en un día así de especial, no para imponer nada.
Gracias por todos tus consejos!! Besos desde Bodas a mares
Lourdes says
Cuanta verdad en tus palabras, opino exactamente igual !
Maria Jose Rodriguez Gil says
Chicas del sofa amarillo estoy interesada en unas cucharas que vi hace tiempo con mensaje . No se como hacer para comprarlas . Si podeis x favor decirme algo . Muchas gracias
Ehlana says
Completamente de acuerdo. Me casé en mi tienda de ropa gótica que por cierto quedó preciosa ya que era como un salón de un castillo, todo lleno de flores, mi vestido era negro con corpiño y cola y sobrefalda morada, mi marido con una casaca granate, cuando llegamos al convite ni entrada ni nada, a charlar con todos los invitados como si nada, de los cuales ninguno era un compromiso, no invité a nadie que no quisiera por lo tanto disfrutaron igual que nosotros o incluso más de tan maravilloso día, recuerdo que llevabamos al maitre de los nervios porque ninguno de los dos estaba en la mesa para probar los platos, estuve todo el tiempo charlando con los amigos y familia y picoteando de sus platos 😉 y la música fue un poco de todo ya que no a todos nuestros invitados les gustaba lo mismo así que todos contentos, desde Nino Bravo hasta King Africa pasando por Queen o Los Suaves. En resumen, es vuestro día y debeis celebrarlo como más os guste y punto, sea dónde sea y cómo sea, lo importante es el momento y el sentimiento que os une.
EMA says
Un post perfecto... 🙂
Te he descubierto por este post de Marta http://www.infashionwithyou.com/2014/10/posts-recomendados-3.html#more
Hace unas recomendaciones maravillosas!
Besos
Ali EB says
De acuerdo en todo!! Totalmente!!
Te casas una vez en la vida (o al menos la mayoría) y hay que exprimir el día al máximo!!
Besos!