Seguro que más de una vez has fantaseado con cómo será la mañana de la boda. Cómo dormirás, si estarás nerviosa, cómo serán los preparativos de ese día, si te dará tiempo a todo, la cara de tu abuela cuando te vea con el vestido… o la de tu amore!
Parece que pelu y maquillaje son los pilares fundamentales de esa mañana, pero hay otras cosillas que a veces se nos olvidan y que son muy importantes. Y aquí tienes una pequeña lista para recordarte las que a mí me parecen imprescindibles, con consejos para llevarlas a cabo. ¿Lista para el gran día? Go, baby!
1. Desayuna, desayuna, desayuna
Tanto si tu boda es por la mañana como si es por la tarde, desayunar bien bien bien es la clave.
Mientras te peinan y te maquillan no podrás comer, en la ceremonia no podrás comer, en el cóctel no podrás (casi) comer porque saludar, besar y reírte a carcajadas con todo el mundo con la boca llena es complicado. Al final pasan muchas horas hasta que pruebas bocado, y luego vienen los dolores de cabeza, la debilidad, el malestar y todas esas cosas que NO queremos.
Aunque creas que no te cabe, aunque los nervios y la emoción te hayan cerrado el estómago… oblígate. O, mucho más eficaz, si sospechas que te vas a escaquear, asigna la tarea a alguien que te obligue. Todos tenemos una abuela-madre-hermana-amiga un poco sargenta cuya mirada implacable hace que te comas ese bocadillo de jamón de un bocado y sin rechistar.
Por otra parte, seguramente encontrarás en internet mil artículos tipo ¿Qué comer el día de la boda? que te dirán que comas algo ligero, que evites el alcohol, que no tomes cosas que te hinchen, que si el azúcar no sé qué, las bebidas gaseosas, los cereales inflamatorios…
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Mi consejo, come lo que te dé la gana y que te siente bien. Prepárate un superdesayunazo de mil cosas que te apetezcan. Si es compartido, mucho mejor. Al final, ¡es tu último desayuno de soltera! Y nena, eres una novia, no un ángel de Victoria’s Secret. Ese último Donuts no cambia nada.
2. Llévate las invitaciones
Nunca, nunca, nunca jamás hay fotos bonitas de las invitaciones. Como se dan meses antes, ahí se quedan, relegadas al ostracismo para siempre.
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En cuanto te lleguen de la imprenta, guárdate una con el resto de cosas de la boda, entre los pendientes, el suje y los zapatos. Así sabes que no te la vas a olvidar. Si eres un poquito friki de las fotos piensa en algo de atrezzo que le quede ideal en la foto, una ramita, un lazo. Algo sencillo, pero decorar un poquito nunca está de más.
Haz lo mismo si has preparado otras cosas de papelería de la que te gustaría tener un recuerdo, como misales o el programa de la boda. Separa uno de cada, no empezamos ya con el síndrome de Diógenes a estas alturas, no necesitas guardarte veinte de recuerdo.
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Los fotógrafos suelen tener bastante tiempo durante los preparativos de la novia, así que te lo hará sin ningún problema. Mejor una foto ideal de tus invis que esas fotos que cada vez me dan más rabia (me estoy volviendo una rancia, no me hagáis caso) del abanico en primer plano o el frasquito de colonia.
3. Escríbele una notita a tu amore
De todos, es mi favorito. Aunque la mañana de la boda sea un caos de carreras arriba y abajo, si tu peinado te horripila o si diluvia o hay vendaval… solo una cosa es segura: te vas a casar con la persona que quieres.
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Así que busca el hueco, tienes que encontrarlo. Para un segundo y coge un boli. Porque lo más importante del día de hoy no es el pelo ni el ramo, es una persona y está igual de nervioso y emocionado que tú.
Escríbele algo, que salga de ti, aunque sean tres palabras, no te presiones con el superdiscurso de vuestra vida. Y házselo llegar. Si estáis en el mismo hotel es fácil, si estáis más lejos piensa antes la manera de que alguien se lo lleve. Si estáis en sitios muy diferentes, planifica un poquito y déjaselo escondido en la casa en la que se vista con antelación.
4. Coge la maleta
Esto me pasó a mí, cuando llegamos al hotel a las 7 de la mañana después de un laaaargo e increíblemente genial día de boda, nos encontramos con que no teníamos nada, ni pijamas, ni cepillo de dientes ni mucho menos, ropa para vestirnos al día siguiente (yo hubiera vuelto a ponerme el vestido de novia encantada, la verdad…). Así que por la mañana tuvimos que pedir auxilio.
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Hazte una bolsita con dos cosas y, sobre todo, acuérdate de cogerla. Yo en mi despiste creo que nunca llegué a preparar maleta. Estás tan centrada en el día B (B de boda) que todo lo que viene después pasa a segundo plano.
5. Haz pis
Vale, cero glamour este punto pero indispensable de verdad. Porque tú estás con las prisas, que si llega el coche, que si tengo que bajar, que si dónde están los niños, abuela, el abanico, Anitaaa no juegues al fútbol con la corona de flores. Y se te olvida.
Lo ideal es que vayas al aseo antes de ponerte el vestido por pura comodidad. Pero si prevés vestirte con bastante antelación, déjalo para el último momento, antes de salir. Antes de que te coloquen el velo, si llevas, es más fácil también. 🙂
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Iba a decir, ponte un recordatorio en el espejo del baño, pero no, que luego sale en las fotos. Pero una alarma en el móvil puede ser una idea estupenda. Te aseguro que no quieres encontrarte en medio de la ceremonia, ni en medio de la sesión de fotos, con ganas locas de hacer pis. Y si es verano, hace mucho calor y te has pasado el día bebiendo agua… lirulirulí.
6. No te montes películas
Tú crees que la mañana de tu boda va a ser muy zen y muy relax, así te lo imaginas en tu cabeza, así has leído que tiene que ser y así quieres que sea. Mejor. Porque si no, posiblemente, saldrías corriendo.
No te digo que vaya a ser un caos, para nada, solo digo que no te montes películas de sol, pajaritos cantando en la ventana y sentimiento de flotabilidad generalizado porque a veces es así… y a veces no. No te asustes, casi siempre son mañanas divertidas y entrañables que transcurren con bastante placidez.
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Pero puedes hacer un brunch ideal en el hotel con tus amigas y tus hermanas y beber bloody mary o puedes zamparte un pincho de tortilla corriendo en un bar mientras vuelves del hotel porque te has olvidado los zapatos en casa. Puedes despertarte feliz y energizada a tope o puedes haber pasado una noche mala. Puedes darte un masaje y olvidarte del mundo o puedes pasarte la mañana pegada al móvil porque tus tíos del pueblo se han perdido y a tu padre le han dado el ramo que no era.
Si tienes una wedding planner (juro que no intento meter aquí la cuña publicitaria), hay muchos muchos marroncillos que puedes evitarte. Para mí, si un papel importante tenemos, más allá de decorar y poner todo bonito, es este. Pero aún así, pasan cosas, y ni la mejor wedding planner puede evitar que un invitado se pierda.
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En cualquier caso, salga como salga, te lo vas a pasar bomba, eso seguro. Así que libera tu mente de ideas preconcebidas y disfruta de todo lo que el día te ofrezca. Que seguramente serán más cosas y mejores de lo que hayas podido imaginar. Aunque a lo mejor diferentes. 🙂
¡Un besito enorme y feliz miércoles, queridas!
Indara
Sisters Act Boulevard says
<3 <3 <3 <3 me ha encantado! He sonreído mucho leyendo los consejos. Aún no me ha llegado el momento petp he sentido, de forma real, cómo será. Como anécdota, mi madre siempre se acordará de cómo sr levantó la mañana de su boda con una espinilla en la barbilla bastante considerable debido a las nervios jajaja. No se puede tener todo atado!
Aída
adictaaloscomplementos says
Un post fantástico, lo que me he reído!
Una amiga la mañana de su boda, envió al novio con un detallito para cada una de las amigas, el pobre iba agobiadísimo de casa en casa, pero fue un detalle precioso.
Y lo de las invitaciones me parece una idea genial.
Añadiría que la mañana de la boda no se comprometan a llamar a nadie por teléfono que estén pendientes solo de si mismas, porque con los nervios se les va a olvidar, si tienen que ocuparse de algo, que lo deleguen en otra persona. Que otra amiga el día de su boda, quedó en avisarnos a varias, para que al salir de la peluquería fuéramos hasta su casa a ayudar a vestirla, se iba acercando la hora y no sabíamos nada de ella, y por más que la llamamos a ella, a su madre y a todos los teléfonos que teníamos no hubo manera y no llegamos a tiempo, una pena...
besitos
Paula says
Parecen cosas tan obvias y la realidad es que son muy fácil de olvidar! Me encanta el artículo, creo que todas las novias deberían imprimir esta lista de cosas que hacer en la mañana de su boda! Me he reído mucho con el punto 5! 😉 Los de las fotos de las invitaciones me parece una idea fantástica, siempre es bonito tener todos los recuerdos posibles del gran día, y cuantos más y bien hechos mejor! Enhorabuena!
Gelolas_vintage says
Me ha encantado el post Indara!! Es maravilloso y supongo que muy útil para chicas casaderas jejej
Saludos desde Gelolas Vintage
MARIA says
Como siempre, me ha encantado el post.
Como fotógrafa que soy, aconsejaría, que los recuerdos de los detalles, se planificaran con anterioridad. Yo los hago en el estudio a medida que los van comprando y así no me agobio ni agobio a nadie el día en cuestión pidiendo y pidiendo, arriesgándome a perder detalles en la preparación de la novia que por nada del mundo quisiera perderme. Por que eso sí.....no va a pasar nada allí dentro a no ser que yo esté presente. Pero en cuanto me doy la vuelta, pasa de todo. Ley de Murphy.
Besitos...
Www.hortensiasazules.com says
Totalmente de acuerdo! Yo comí poco y luego me dio dolor de cabeza pero no lo hice por no engordar ni nada de eso sino porque se me paso por completo!!! Ejejje
Mandi says
¡Buenísimo! Sobre todo el punto número cinco jajajaja
Sandra says
Muy buenos consejos sobre qué hacer el día de tu boda, especialmente el de No montarse películas (lo que nos hacía falta para casarnos... jeje), y el de El desayuno (muchas no lo hacen porque sienten como si engordaran :P, es un día muy largo y hay que desayunar bien) y añadiría un 7º consejos :levántate tarde!! si no quieres estar tan cansada que sólo aguantes el primer baile 🙂
Paola Díez says
Uno de los mejores artículos que he leido en mucho tiempo, felicidades.