Me encantan las invitaciones de boda, formales o informales, en papel, electrónicas, en vídeo y de mil maneras. Siempre que estén hechas con buen gusto, claro. Muchísimas veces escucho el comentario «ay, no, queremos algo diferente, no el típico tarjetón». Y tú piensas, jo, cómo se lo van a currar, seguro que su invitación mola…