Ayer fui al gimnasio. «Pues vaya cosa», pensaréis. Eso es que me conocéis poco. Mis amigos ya se habrán levantado de la silla y se habrán echado las manos a la cabeza con los ojos muy abiertos y la mandíbula desencajada. ¿¿¿Gimnasioooo???
Pues sí, ayer hice deporte por primera vez desde que dejó de ser obligatorio en el colegio. O sea, hace unos doce años. Y lo del colegio es relativo porque yo era de las que hacía examen teórico para subir nota, así que os podéis imaginar. Todo el mundo haciendo abdominales y yo estudiando que las agujetas era la cristalización del ácido láctico en los músculos. Para años más tarde enterarme aún encima de que es un dato bastante inexacto.
Aunque para ser fieles a la verdad, en estos doce años intenté hacer ejercicio en tres ocasiones. La primera vez fue en primero de carrera, y me apunté a yoga con mi amiga Bea. Lo del saludo al sol ya me pareció gracioso, pero cuando aquella mujer se puso a cantar «ommm, ommm, paz, paz, paz» yo me quería morir. Salí de allí nerviosísima, contracturada y con una herida del labio del esfuerzo que tuve que hacer para no reírme. Como cuando te da la risa en un funeral, pero peor. Yo miraba a mi alrededor y veía a todo el mundo ya en la primera clase tan en sintonía con la madre tierra que me temblaba todo el cuerpo de aguantarme las carcajadas. Me fastidia pero ya lo he asumido, carezco de parte espiritual. No volví.
La segunda vez fue en Barcelona, mientras estudiaba el máster. Solo tenía clase por la tarde y un gimnasio estupendo justo debajo de casa, el Holmes Place de Balmes. Era un gimnasio muy pijo, con su piscina con ozono, su centrifugador de bañadores, su bar de zumos, su spa y su tintorería. Un gimnasio con tintorería es lo más pijo que he visto nunca. «Aquí te sentirás como pez en el agua», me dijo mi madre. Sin llegar a entender si ese era un comentario ofensivo o halagador, me apunté. Llegué un día con mi mochilita, yo muy motivada. Vi a una chica joven de espaldas con un especie de mono rosa ajustadísimo y le pregunté la hora. Cuando se dio la vuelta vi que de chica joven nada, una vieja recauchutada, sin cejas y con labios de mala. «Ay, nena, qué pesadita, son las once y media pero ahí tienes un reloj de pared, ¿sabeeees?». No, amigos, nunca llegué a saber lo que era bañarse en una piscina con ozono.
Mi tercer intento fue al menos más divertido. Ya trabajaba en Madrid y era el cumpleaños de mi amiga Digna. Se acababa de estrenar Fama ¡A bailar! y en plena fiebre bailarina a mi amiga Marta y a mí se nos ocurrió regalarle unas clases de funky, a las que iríamos las tres. Así además aprovechábamos para vernos un par de veces a la semana y pasar tiempo juntas. Os juro que no sé qué nos pasaba exactamente por la cabeza cuando veíamos esto, pero solo os digo que a la mitad de la primera clase Digna desapareció. En una de estas vueltas se encontró al lado de la salida, y como nadie la veía cogió la puerta y se piró sin decir una palabra. Marta y volvimos una vez más. Nunca hubo una tercera.
Pero esta vez va a ser diferente, porque decidí contratar a un entrenador personal. Es una inversión y algo imprescindible para mi lamentable estado de forma y para mis múltiples dolencias, que si el corazón nosequé, que si el tobillo nosecuanto, que si el ácido úrico nosequémás. Y estoy feliz con la decisión.
La mejor parte fue ir al Decathlon a equiparme. En mi fondo de armario hay varias camisas blancas, varios little black dress y varias blazers, pero no hay ningún chándal, ni sudadera, ni muchísimo menos zapatillas deportivas. Le pregunté a Jorge si no valían las All Star y me miró con cara de la-madre-que-me-parió-la-que-se-me-viene-encima, pero se limitó a negar con la cabeza. La experiencia de compras muy divertida, más para mí que para la encargada de la zona de fitness.
Y por fin ayer empecé. Llegué otra vez con mi mochilita y esta vez fenomenal. Porque voy con mi entrenador que me cuenta cosas molonas y me distrae del sufrimiento. No sé cómo aguanta la gente tanto rato pedaleando sin abrir la boca. Jorge me dice que no puedo hablar porque me aumenta el ritmo cardíaco pero tiene que elegir, o me suben las pulsaciones o me subo yo por las paredes. Mi entrenamiento de ayer: 10 minutos de una especie de bici, 5 minutos de elíptica y 15 minutos de paseo y brazaditas por la piscina. Os parecerá una birria, pero yo me dormí una siestaza de 3 horas después de comer.
Todo esto lo hago para poder estar en plena forma para las bodas de este año, porque no os imagináis lo agotador que resulta, pero necesito algo más, algo que me apetezca mucho tener o conseguir y que me motive y me obligue a levantarme de la cama para estar a las 9.15 enchandaleada y enmochilada. Porque para mí que vivo de noche madrugar es un sacrificio mayor que ir a la piscina. Por lo de pronto son las 3 de la mañana y aún estoy escribiendo esto. Tiene que ser algo que en un mes pueda conseguir. Me parece un plazo realista teniendo en cuenta que mi récord son dos días. Para el Diorette de mis amores no me da tiempo a ahorrar, y para el viaje a Vietnam tampoco. ¿Alguna sugerencia? ¿Alguna se apunta a mi tortura aunque sea en la distancia? Os seguiré informando. 🙂
¡Un beso enorme y feliiiiiz jueves!
Indara
baballa says
creo que no se puede ser más graciosa guapa! te lo dije ayer lo que hubiese dado por verte, jajajajaja
besos bella
Guiomar says
Hola guapa, lo primero d todo muuuuucho animo!!!!! Pues yo soy d las q intenta hacer bastante ejercicio (x mi trabajo ando unos 6km al dia) aunq ultimamnt estoy un pelin desmotivada (m han cambiado una d las profes y es arritmica asi q m estresa muchomucho!!) y cm voy sola...pues no voy, llego a casa m pongo el just dance d la xbox 1hora y a sudar...xo no es lo mismo...
Un besote!!!
Tamara says
Creo que esqueces o día que fuches á piscina en Rennes e durmiches un día enteiro... hihihi. Ánimo!
Mercedes says
Eres muy graciosa!! Cada día me caes mejor. Aaaaah!! Y ánimo!! Lo peor es la primera semana, después, aunque no te lo creas, te engancha y todo...
paula olivia, jabones de cuidado says
mucho ánimo indarixxxx, mira, para que te rias: (blog con amigas en el que no escribo hace ni se cuando) http://provincianas.blogspot.com.es/2007/11/lo-reconozco.html
little muna says
Indara, no sabes cuanto me he reído! jaja Yo también no hago nada de deporte desde que dejó de ser obligatorio en el colegio hace 5 años! Bueno, un día en Barcelona fui a correr por la Diagonal, nunca mais. Y un verano hacía ver que corría por la playa... Este año que tengo más tiempo libre pensé en apuntarme a piscina, odio los gimanasios, pero siempre encuentro algo mejor.
Lo del entrenador personal me parece una buena idea, yo debería hacer lo mismo, porque por propia voluntad no me sale nunca
besos y ánimos;))
brujjilla says
jajajajajaja, me encanta ajajjaja. El ánimo lo hace todo.... tú eso no lo pierdas 😉
lapajaritadeamasa says
Que indentificada me siento contigo! No me gusta nada el deporte y me da una pereza mortal, y lo mismo que tu, me olvidé de el en el instituto! Todos los años me propongo en serio que este año de verdad, de verdad de la buena, hago deporte! A mi no me sirvio ni lo del entrenador personal, llego el verano y decidi que prefería tomar el sol, a cansarme porque vaya palizas me daba, era dura y no tenía ninguna compasión de mi( ni viendome roja como un tomate a punto explotar)
Te mando todo el animo del mundo, yo algún día me podre en serio, porque mi forma física es de una persona de 65 años(eso me dijo la wii) y tengo 23!jajaj.
Candela says
Jejeje, me parto!!!
Se te olvida otra ocasión en q intentaste hacer deporte, el Camino de Santiago!
Estoy muy orgullosa de ti!
Curry curry que te pillo says
Yo si no fuera porque me desestresa al igual iría... antes cuando no veía ningún efecto ni en mis michelines ni en nada, me daba una pereza tremenda montarlo todo para llegar allí y sudar. Ahora que ando estresada me libera bastante! Me ha gustado mucho tu escrito! más de una se habrá sentido identificada!
Miau! (Ade) says
Jajajja! Indara me muero de la risa!! Que sepas que yo en el cole era wenísima en gimnasia, pero ahora que me sobran unos kilitos me da una pereza tremenda! El año pasado fui al gimnasio, en dos tandas. Una vez aguanté 4 meses, paré dos y volví otros dos. Y, mira si me creció el patosismo que un día, como en las pelis, paré de andar sin parar la cinta y fui a parar al medio del gimnasio, un gimnasio ultrapijo de gente guapa y buenorra que se moría de la risa de ver a la gordita casi dejarse los dientes en el suelo acolchado.. Lo dejé y ahora me propuse salir a caminar tooodos los días....Eso sí, aún no pude empezar porque no para de llover... 🙂
Ánimo!!
muchochupchup says
Mucho ánimo en esta nueva aventura, si consigues aguantar un mes ya no podrás dejarlo! Hace algunos años empecé a ir al gimnasio, aerobic y algunas cosillas más, fui bastante constante y me hacía sentir mucho mejor además de que perdí mucho peso! pero después me fui a vivir fuera y ya se acabó, lo intenté una vez pero nada, no estaba motivada. Ahora me apuntaría pero donde vivo no hay ni un solo mísero gimnasio, solo un centro deportivo pijísimo de la muerte y carisisimo así que pasando...Me quedo con mi bici estática, música cañera y mis propias coreografías de escoba jejejejej
alex says
Jajaja lo que me he reído!! Desde la primera foto hasta el último punto!! Quiero conocer a tú entrenador!! Yo me apunto el lunes... Te animaré desde la distancia 😉
patosyguacamole says
Jo, debería seguir tu ejemplo, porque mi historial deportivo no es mucho mejor que el tuyo... Con la diferencia de que yo, en mis últimos años de Ed. Física en el cole, SIEMPRE "tenía" la regla y me escaqueaba cosa mala. Tenía muy buen rollo con el profe (me lo encontraba a menudo tomando copas en el bar de mi hermano), así que me aprobaba sin más, sin mover ni un puñetero músculo...^^
patri says
el "deporte" es una cosa maléfica que han inventado los fabricantes de ropa deportiva para vender chandal fosforitos y zapatillas made in china. Y lo peor es que cierto¡engancha!. Yo de ti ni empezaría, pero ya que estás dispuesta y decidida, mucha suerte!
marta says
Se me saltan lágrimas de la risa al recordar la vez que salimos de aquella clase y Digna no estaba!Como pudimos ser tan pringadas!
Sigo pensando en tu autoregalo motivador...
Lady Wedding says
Me he meado de la risa! Que genial el post y cuanta razón tienes en todo! Mi novio no para de decirme que tengo que hacer deporte y yo le digo que con lo que ando cada día (me paso el día arriba y abajo de ruedas de prensa a la redacción) ya tengo suficiente! Creo que nunca entraré en un gimnasio, aunque volver a hacer un poco de natación no me importaría... Eso sí, tu mucho ánimo y mucha fuerza de voluntad, que como dicen por aquí arriba hay quien dice que esto del gimnasio engancha!
Aun así, viva las que abandonamos el deporte cuando dejó de ser obligatorio! Jajaja!
Besitos!
Júlia Garcia Casas (@juliagcasas) says
qué risa! soy igual que tu, yo en el instituto era la única que sacaba suficientes en educación física, había una prueba de resistencia de correr un tramo en cierto tiempo que se marcaba con unos pi, pi....el mínimo para chicas eran 6 y yo al 3 ya estaba tirada en el suelo!! jajajajjaa incluso una vez tuve que hacer un trabajo porque suspendí un trimestre.... Nunca he conseguido ir al gimnasio más de 3 días seguidos y ahora que trabajo día y noche sentada mis piernas lo empiezan a notar! Ya nos mantendrás informados de tu progresión y a ver si yo también me motivo!!!! 😀 te mando muchos ánimos desde Barcelona!
bikeinhands says
A pesar de que no te conozco de nada, cuando leo estas cosas me parce que incluso somos Best friends jajajajaja no enserio, pero me muero de la risa!!!! Yo te animo al cien por cien, más que nada porque mañana he decidido volver al Gym(por solo un mes) En esa spuesta operacion biquini ya que me queda un mes para viajar a brasil, y las brasileñas en tanga me hacen mucho la competencia en este culo andaluz de mojar pan que dios me ha dado!!! jajajaa Un besito gapisima y muuuuuuuuucho animo
pd: eva nasarre a nuestro lado no es nadie!
😉
Bea
Mlle. San says
Yo creo que esto del ejercicio, como casi la mayoría de las cosas en la vida, es como el amor, hay que encontrar el que encaja contigo y ni normas ni leyes ni estadísticas.
Tu cuerpo habla y es el que mejor te puede aconsejar (excepto cuando dice que está muy cansado y quiere irse a dormir a los 5 minutos de ejercicio, ahí no :P)
Las fotos que has subido a la entrada ilustran perfectamente cada momento, me encantan!! :))