La boda que os traemos hoy, con fotos de Lisa Lefkowitz, creo es una de las más bonitas que hemos visto. Es sencilla y natural, con colores claros y elegancia delicada. Nos ha gustado tanto y está tan llena de detalles que no sabemos por dónde empezar. 🙂
Leslie, la novia, quería conseguir una atmósfera de sueño de verano. Para ello se utilizaron colores muy suaves, combinando diferentes tonos de rosa y azul agua con colores más neutros como blanco, beige y gris. Sin olvidar pequeños toques de dorado que añadieron sofisticación al conjunto.
Cuando la diseñadora de la boda, Gloria Wong Design, les preguntó a los novios qué los caracterizaba como pareja, ellos respondieron que tenían fama de ser unos magníficos anfitriones ya que ponían mucho empeño en hacer que sus huéspedes se sintieran como en casa. Y, alrededor de esta idea, se creó todo el concepto de la boda. Se imaginaron que Beaulieu Garden, el lugar de la celebración, era la casa de verano de Leslie y Jeff, y que habían invitado a su familia y amigos a pasar la tarde. Así, incluyeron multitud de elementos habituales en la casa de los novios, como lámparas modernas, cuencos dorados con llaves, periódicos, botellas de Antipodes, el agua favorita de Leslie, obras de arte, libros interesantes y mullidos cojines.
¿Empezamos por los novios? Leslie llevaba un precioso vestido de Vera Wang compuesto por capas de tela que más tarde inspiraría la tarta. Las damas de honor, de azul agua y las niñas, con tutús y cestitas con flores. ¡No me digáis que no están graciosas!
La decoración de la ceremonia fue sencillísima, con sillas blancas de madera y altos jarrones de cristal con flores flotando como única decoración. La verdad es que el entorno es tan bonito que no se necesita más.
Si os fijáis, todo el material de papelería tiene el mismo diseño, desde las invitaciones hasta los menús, algunos cuadros e incluso rollos de papel para decorar.
Para el protocolo, distribuyeron los asientos de los invitados de tres formas diferentes. Los nombres del primer grupo de invitados estaban caligrafiados en una libreta. Los nombres del segundo grupo aparecían en tarjetas en diferentes tonos de rosa, como si fuera una paleta de muestras de pintura. Y el tercer grupo de nombres estaban colocados en bandejas llenas de granos de café. Las tres formas conseguían dar continuidad a la idea de reproducir el hogar de la pareja.
Leslie y Jeff vivieron en muchos sitios, así que también quisieron rendir un pequeño homenaje a todos sus hogares colocando una mesa con fotos, comida y recuerdos de todos los lugares especiales, como Santorini, una isla de la que están enamorados.
Y, para comenzar el cóctel y refrescar a los invitados, una preciosa mesa de bebidas en la que la limonada casera fue la protagonista.
¿No os encanta esta boda? ¿Os parece tan especial y tan cuidada como a nosotras? Pues mañana no os perdáis la segunda parte, con la decoración de la cena, la preciosa mesa de dulces y la tarta.
angi says
me encanta la combinación de colores, es tan dulce!
El sofá amarillo says
Yo quiero volver a casarme y que todo sea de ESE azul exacto. 🙂